Esa tarde-noche llegó Bea, mi compañera de piso,la verdad es que lo necesitaba, tenía ganas de ver caras nuevas y ella me devolvió la sonrisa. Esa noche dormí mucho mejor.
Al día siguiente en la universidad todo fue genial, el día fue lluvioso pero gratificante, las asignaturas me gustaban, no todas pero si la gran mayoría, estaba feliz, solo me faltaba por llegar Andrés, alguien muy especial para mi. Cuando terminé las clases decidí llamarlo y su respuesta fue:
"Ana estoy mala, así que hasta mañana no llegaré al piso"
Me vine un poco abajo, estaba deseando que llegara, pero me resigné a esperar un día más. Abrí la puerta de la casa y justo cuando iba a abrir la de mi cuarto, alguien salió gritando, era él, Andrés. No pude evitar gritar con él de la emoción, que contenta estaba. Esa noche comimos los tres, David siempre estaba fuera jaja. La verdad es que encajamos super bien, esa noche nos pusimos a comprar cosas en el mercadona y a fregar el piso de arriba a abajo, que risas más buenas echamos... Esa mañana me levanté super contenta, gritando por todos lados, Andrés me acompañaba, los dos riéndonos de todo. Era jueves, así que tocaba ir a la universidad.
Mis padres llegaron sin previo aviso, y con ellos estaba Aitor. Aitor y el Cd de Billy Talent, puaf, me encantó tenerlo al fin entre mis manos, lo besé cuanto pude, y a Aitor también jaja. Estuvimos comiendo todos juntos, le presenté a Bea a mi chico. Pero me tenía que ir a la universidad, llovía, llovía mucho. Me fui corriendo, tenía miedo a llegar tarde. Por suerte acabamos antes la clase. Corriendo, me recorrí todas las calles de Granada hasta llegar a casa y aún estaba mi chico y mi madre. La abracé fuerte, no tenía mucho tiempo. Y le di el último beso, esta vez si, el último hasta dentro de unas semanas, nos miramos y creo que nos lo dijimos todo.
En la facultad, todo fue aburrido, estaba deseando terminar la clase y poder volver a estar un rato más con los míos. En cuanto la profesora nos dijo que podíamos irnos, corrí más que nunca, corrí como si se estuviera derrumbando todos los edificios a mi alrededor, llegando a mi casa pude observar como el coche de mis padres no estaban, mi cara fue un poema, mis labios tomaron forma de emoticono triste, se habían ido, ahora si de verdad. Cené y me acosté, estaba triste.
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