sábado, 4 de enero de 2014

Adiós 2013

Este año ha sido de lo más complicado. Aún, a día de hoy, no se donde pude encontrar las fuerzas necesarias para continuar mis aventuras y desventuras en Granada.

El año empezó algo extraño. En mi pueblo, con mi pareja. Fueron unas navidades extrañas. Estaba deseando volver a Granada y olvidarme de todo. Y así fue.
 Llegué a mi piso, comencé a estudiar como una loca para los exámenes. Me esforcé tantísimo, además tenía un incentivo, el día 19 de enero actuaban Billy Talent en Madrid. Justo unos días después, yo tenía mi primer examen de historia. Tras una pesadilla horrible en la que alguien moría y el concierto se cancelaba, mi whatssap sonó días antes de ir a Madrid. Era mi mejor amiga Carmen.

- ¿Ana... te has enterado? lo siento muchísimo.

Recuerdo como mi corazón se congeló al instante. Habían cancelado el concierto por la muerte de un familiar del grupo. Aún siento ese dolor que me inundó el alma, como sentí que me fallaban las piernas. Lo último que recuerdo fue a Andrés abrazándome sin soltarme, diciéndome que me tranquilizara, pero era inútil, no podían arrebatarme ese sueño, así, sin más. Fue un golpe muy duro, recuerdo no reunir las fuerzas necesarias para ir a clase y quedarme llorando y estudiando para el maldito examen de historia.

Los días pasaron y los exámenes llegaron. Fue un momento bastante agobiante. Estudiaba, comía, dormía, me despertaba y comenzaba a estudiar de nuevo. Así durante un mes. Los exámenes no salieron como esperaba, al menos no todos. Historia suspendí, me puso un maldito 1 en el examen argumentándolo con "Has utilizado vocabulario de índole sexual <<las tropas de Napoleón penetraron en Rusia>>". En fin, algo que aún sigo sin creerme que me dijera. Me quedaron tan solo dos asignaturas. La otra fue Ciencia Política, pero fue un suspenso colectivo.

Apareció una oferta en el Mediamark de la Canon 550 D, justo la que me gustaba por tan solo 400 €. Mis padres accedieron y me la regalaron, para mi fue algo increíble. Estuve varios meses con tutoriales para aprender a usarla, y a día de hoy, la manejo de maravilla.

Las cosas comenzaron a torcerse a una manera tan fuerte que toda esa "felicidad" que inundaba mi ser, comenzó a desvanecerse. Conseguimos que Nabil se fuera del piso y entró un muchacho de Murcia, Dani. Las relaciones en el piso estaban cada vez peor, nadie limpiaba excepto yo, y de vez en cuando Andrés. Había platos por todos lados, no paraban de estar de fiesta, no me dejaban dormir...

Por una tontería, Andrés se enfadó conmigo, en ese enfado, cogió y con una cuenta tuiter ajena a él, comenzó a contar intimidades de mis viejas amigas, más concretamente de una, la que estaba de Erasmus. Al poco, mi teléfono sonó, era la prima de esta. Comenzó a amenazarme diciéndome que me iban a denunciar por contar cosas que no me pertenecía decir. Yo no podía dar crédito a lo que escuchaba. Recuerdo como me ponía nerviosa ¿como demostraba que no había sido yo? era imposible. Le dije que registrara la IP y que consiguiera averiguar quien era y que se hiciera justicia. Los insultos de mis dos ex-amigas, corrían por tuiter, yo no me podía sentir peor ¡no había sido yo! Estuve hablando con Andrés y me confesó que había sido él. Sin dudarlo dos veces, contacté con la prima de mi ex-amiga. Andrés le contó todo a esta. Se dejó constancia de que no había sido yo. Pese a eso, la víctima de todo esto, se dedicó a mandarme mensajes diciéndome de todo, yo al leerlos no me lo podía creer ¡ya se había desvelado todo y aún seguían pasándose de la raya conmigo! Intenté contactar con la otra chica, no paré de llamarla para que supiera que yo no había tenido nada que ver. ¿Su respuesta? colgarme e insultarme por tuiter "no me llames más zorra". Me sentía tan mal, ¿cómo podía haber ocurrido todo aquello sin que yo tuviera nada que ver? a día de hoy sigo preguntándome porqué no confiarían en mi, jamás diría algo así sobre ella, jamás desvelaría una información tan personal... fue horrible, uno de los peores tragos de mi vida.
Tras esto, Andrés comenzó a putearme, recuerdo como se montaba fiestas en su cuarto mientras yo estudiaba y hacía trabajos, como aporreaba la pared que justo daba con mi cuarto. Aún puedo escuchar como a las tantas de la madrugada llamaba al timbre para despertarme y seguir con el cachondeito. El colmo fue un día que me dejé la lavadora abierta con ropa dentro y decidí ducharme, tras la ducha, metí la ropa que había utilizado en la lavadora y la puse. Acabó justo antes de irme a clase. En la casa estábamos solo Andrés y yo. Cuando saqué la ropa y comencé a tenderla estaba toda descolorida, el muy hijo de la gran puta le había echado lejía y tuve que tirarlo casi todo. Fui a preguntarle y me lo negó el muy mentiroso.

Me fui a clase super enfadada y bastante quemada. Cuando terminaron esas cuatro horas de infierno llegué a casa y todo estaba patas arriba. Andrés había rociado la cocina con aceite y tomate. Lo estaba recogiendo todo, se iba del piso. Todo estaba lleno de bolsas de basura llenas de sus pertenencias. Estaban dos amigas suyas ayudándolo a todo. Fue entonces cuando me armé de valor y entré a su cuarto e intenté hablar con él, razonar las cosas, se limitó a escupirme a la cara y tirarme un vaso de agua encima. Me quedé en estado de shock. Sus dos amigas no hicieron nada, y mi compañero de piso Dani se quedó quieto también. Me quedé mirándolo y esperando que alguien actuara, pero no fue así. Mi voz totalmente quebrada consiguió decir "te has pasado Andrés" me fui a mi cuarto y llamé a Pedro, mi otro compañero de piso, pero estaba ocupado y lejos. Así que llamé a un ex, pero también estaba ocupado. Recordé que mi primo me dijo que le avisara si algo malo me pasaba. Así lo hice. Llamé a mi primo Rafa y le conté lo sucedido: "en diez minutos estoy allí". Fueron los minutos más largos de toda mi vida, cogí y cerré el piso con llave y me puse en la entrada para que nadie pudiera salir. Sus amigas me pedían que tenían que irse, me daba igual, de ahí no salía nadie. No paraba de temblar, pues estaba empapada de agua. Al fin tocaron al timbre. Pude notar la tensión en el ambiente. Era mi primo. Abrí la puerta y grité para que no lo matara, pues mi primo Rafa se abalanzó hacía Andrés cogiéndolo del cuello y arrinconandolo contra la puerta de la despensa. Yo no paraba de llorar, solo quería que hablara con él, no quería que nada llegase a las manos. Mi primo intentó razonar con él, pero Andrés... pese a la edad que tiene, se comportó como un crío... Al final mi primo lo dejó irse, Andrés me insultó y se fue. Yo me abrazaba a mi primo llorando, tenía miedo, quería volver a casa con mis padres, desear que todo aquello fuera un sueño, pero no lo fue.

Cuando se fue, el ambiente de la casa cambió para bien. El tema de la limpieza aún era un problema bastante gordo. Entró otro compañero de piso Emma. Comencé a entenderme mucho mejor con Pedro. La relación con mis compañeros cambió, nos entendíamos algo mejor, había más buen rollo. Pero yo ya estaba muy quemada y solo quería que llegara el fin del curso y poder salir de allí.

Muchos viajes a Jerez de la Frontera y al fin llegaron los exámenes finales de junio. Fueron bastante duros, mi única ilusión era que el tiempo que me quedaba en el piso era cada vez menos. Estudié muchísimo, recuerdo tirarme las horas esquematizando todo lo que tenía por delante, fue una tarea ardua.

El último recuerdo que tengo del piso de la calle Santa Clotilde no fue nada bueno. Mi compañero Emma adquirió un gatito, creo que tuvo un poco de envidia de que mis futuros compañeros y yo fueramos a tener un gato, así que imagino que lo adoptaría. La cosa es que él apenas estaba pendiente del gatito, era muy pequeñito, yo le llamé Kiwi. Pasé con él un día entero, mientras estudiaba, él se quedaba dormidito sin molestar. Yo estaba encantada, me gustaba, era muy pequeñito y me hacía sentir muy llena allí en aquella casa. Pero al día siguiente, era tarde, yo llegué de la facultad y me encontré la casa llena de sangre. Gotitas de sangre por el suelo. Y me asusté. Busqué a Kiwi y estaba en el salón, vomitando y sangrando por el culito. Me quedé blanca. No sabía que hacer, nunca había tenido un gato y no sabía que había que hacer en esos casos. Me acordé de un amigo que tenía experiencia con gatos, Antonio, un viejo amigo de Málaga, él fue uno de los que me guió. Estuve hablando con mis compañeros de facultad y también me prestaron sus buenos consejos. Decidí llamar a Emma, su dueño y me dijo "ahora voy, no lo lleves al veterinario que no tengo para pagar, yo me encargo". Tras más de dos horas de espera, con el gatito en brazos y habiendo llamado a un veterinario, confié en su palabra. Mis compañeros de facultad me decían que lo llevara al veterinario, que me quedara yo el gato, pero como no era mío, no podía decidir por él, no era su dueña. Total, que yo, que casualmente tenía un dolor horroroso de espalda ese día, me metí en la cama a esperar que Emma volviera. Y volvió, se le veía cara de preocupado por el animal. Sus últimas palabras fueron: "yo me encargo, se pondrá bien, conozco a alguien que entiende de estas cosas". Consiguió que me relajara y consiguiera intentar dormir.
Al rato, tocaron a mi puerta, era él. Estaba medio dormida pero logré escucharlo y me interesé por el estado de Kiwi. Estaba serio.

- ¿Y Kiwi? - pregunté.
- Ana, verás, yo es que no tengo dinero para el gato, para poder tener un gato, lo adopté porque no sabía que se iba a poner malo, pero he tenido mala suerte.
- ¿Qué me estás queriendo decir Emma?
- Lo he dejado en un contenedor, pero creo que alguien me vio y seguro que se hará cargo del gato.
- ¿¡QUÉ HAS HECHO QUÉ!? - estallé de ira y rabia sin poder controlar mis lágrimas - ¡¡ESTÁS ENFERMO!! ¿POR QUÉ ADQUIERES UN GATICO QUE LUEGO NO PODRÁS CUIDAR? ¡¡ES UN ANIMAL, UN SER VIVO, NO TIENES DERECHO DE HABER HECHO ESO!! ¡¡¡¡VAMOS AHORA MISMO A BUSCARLO, YO ME LO QUEDO!!!!!!

Recuerdo como si me arrancaran el corazón, me dolió tanto que hubiera hecho eso, que me hubiera mentido en la cara. Me dolía tanto no haber sido egoísta y haberme quedado al gato. Me dejó destrozada.
Emma no tenía nada que ver con lo que nos quiso demostrar, era frío, calculador, un ladrón  y un mentiroso.

El último día que estuve en el piso, se montó un follón enorme, se podría resumir en peleas, los vecinos pidiendonos que nos calláramos (aunque yo no tenía nada que ver, ya que estaba preparando el poco equipaje que me quedaba por embalar), la policía poniendo una denuncia al Matagatos, o sea, Emma, y yo saliendo por patas en cuanto pude.

Fue salir de allí y que mi vida comenzara una nueva trayectoria, tan novedosa que a día de hoy, me cuesta asimilarla.

Entré al otro piso con dos compañeros de facultad, Aigua, Jacob y otro chico más, colega de Aigua. Al fin compañeros nuevos y un nuevo acompañante, nuestro gatito Durkheim. Un gato que Aigua, Jacob y yo decidimos adoptar.
La convivencia fue maravillosa, nos entendíamos genial. Estaba feliz, todo me iba a pedir de boca.

El verano llegó y con él miles de planes y horas de estudio.
La relación con mi pareja comenzó a flojear, a  decaer. Creo que en la vida, nada es para siempre, todo termina. El amor no es eterno.Cuando las cosas van así, lo mejor es intentar encontrar una solución, la nuestra fue dejarlo. Es muy triste acabar con una relación de cinco años, pero más duro es seguir una relación sin estar segura de tus sentimientos, os lo aseguro. Fue una separación dolorosa, pero en la vida, nada es perfecto, o al menos eso creo.

El resto del verano fue bien, andaba algo perdida, como ida, no sabía si estaba bien o mal.

Mi cumpleaños fue genial, jamás había visto a tanta gente junta. Lo pasé realmente bien. Incluso a la hora de dormir, algunos se quedaron en mi casa a dormir, nos reímos lo que no está escrito, que gran recuerdo para la posteridad :)

Llegó septiembre y con él, los exámenes  de recuperación. Llegué a aprobar 2 de 3. Como siempre, historia volvió a caer, no se que me pasa pero esa maldita asignatura tiene algo en contra mía. Como recompensa a las notas, decidí irme a Málaga con alguien. Ese alguien, a día de hoy, se ha convertido en el mayor descubrimiento de toda mi vida. Pero de eso hablaré más adelante.

Las cosas en el piso seguían su rumbo, pero llegó el último compañero de piso A***, el cual estaba en su ciudad natal pasando las vacaciones de  verano. Este no estaba a gusto en la casa. Solo se quejaba y la situación comenzó a ser insoportable. Así que conseguimos que se fuera, fue algo duro, no siempre la amistad y la convivencia funcionan, y si no, que me lo digan a mi el año pasado. Se fue. Y entró otro chico de Madrid. Muy majo, y que a día de hoy, no ha dado ningún problema.
En uno de mis viajes a Málaga, Aigua me pasó la foto de la parejita de Durkheim, aquí os dejo una foto. Están bastante grandes ya, los adoramos.

A día de hoy se han convertido en algo importante para mi, los dos gaticos de mi corazón, Durkheim y Kimara (Ona para mis compañeros). Me importan tanto como mi vida casi. Es maravilloso como unos animalitos tan pequeños pueden conquistar mi corazón de esta manera, los quiero.

En el resto de meses, mi vida, como dije anteriormente, ha dado un giro de 360º. Sin darme cuenta, y tras varios meses de conversaciones hasta las tantas, tras miles de consejos y miles de "palos" encontré a alguien que me hizo darme cuenta de quien soy en realidad. Hace tantos años que vivía engañada por mi misma. No me era sincera. Mi autoestima casi siempre ha estado por lo suelos, mi forma de ser era cuadriculada. Pensaba que siempre llevaba la razón, pero no es así, y he necesitado a alguien que se plantara frente a mi y me dijera las cosas, la vida tal cual. A día de hoy, este ser se ha convertido en la razón de mi vida. He cambiado de una manera que jamás pensé que podría. No soy la misma, he aprendido a tener paciencia en la vida, a reconocer mis errores y lo más importante, he aprendido el significado del amor verdadero. 
Junto a este chico, estoy descubriendo sensaciones extraordinarias, únicas, maravillosas. Soy feliz, sonrío de verdad, y todo lo que siento es como nuevo para mi. 

Hace unos días, en diciembre, hicimos nuestro primer viaje juntos. Fuimos a Madrid a ver una película con unos amigos suyos, El Hobbit, la desolación de Smaug. La verdad es que me sentí algo rara allí, no conocía a nadie y todos eran mayores que yo, siendo lo extrovertida que soy, allí parecía la típica niña tímida que le da corte hasta respirar. Pero fue divertido, empecé a sentirme más cómoda. 
Luego estuve estudiando para un parcial que tuve, aún sigo esperando la nota. 

Las navidades del 2013 han sido raras, cargadas de momentos muy difíciles, pero él ha estado a mi lado, hemos pasado la nochevieja juntos, y en vez de uvas, me ofreció doce besos, algo muy romántico desde mi punto de vista.

En resumen, podría calificar este año como una absoluta locura. Empezó fatal, continuó mal y terminó como nunca habría imaginado. Ha sido un año bastante malo, muy duro y que tengo unas ganas enormes de eliminar de mi mente. Tengo fe ciega en mi misma que haré lo posible porque este nuevo año, 2014, sea mejor, y eso solo puedo lograrlo yo. Bienvenido 2014, soy Ana Belén Escudero, y vengo con mucha energía. 

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