jueves, 18 de agosto de 2016

Ellas

Te tiran el muro que tu llevas un año casi construyendo poco a poco. Granito a granito. Y eso es bueno, claro que lo es. Llevo ya un mes viendo los progresos y cada ladrillo caer al suelo y romper en mil pedazos. Y todo fue de la manera más casual que te puedas imaginar. Había alcohol de por medio y secretos inconfesables. Había miradas y sentimientos encontrados. Había algo escondido que llevaba tiempo queriendo ser descubierto. Y ahora, tres meses después me doy cuenta. Una fresca noche de agosto me doy cuenta de cuanto he ganado. De cuanto ha merecido la pena. Estoy descubriendo algo muy bonito y aunque tengo un poco de miedo, me puede más la intriga y las ganas de saber más y más. Estoy contenta de encontrar de nuevo un pequeño hueco donde sentirme yo misma y sin el miedo a que me juzguen. Me río con ellas, e incluso le cuento mis miedos, mis locuras y mis preocupaciones, ellas se encargan de ponerme los pies en la tierra e incluso de hacerme entender cómo funciona la vida misma. No sé, estoy contenta a pesar de que hace escasas horas quería matar a alguien de la rabia y frustración que había en mi. Creo que por eso necesitaba dejarlo escrito, para ser consciente de que está pasando y debo disfrutarlo. Porque vuelvo a creer que ese muro que tenía era muy complicado de tirar, pero está muy destrozado y es algo que me llena de alegría porque puede ser el comienzo de algo muy, pero que muy bonito. 

1 comentario:

  1. Lo es. Al menos desde fuera sí que parece el comienzo de algo muy bonito.
    Muchos besos!

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